martes, 3 de noviembre de 2009

Apuntes para un poema sobre el matrimonio

Se trata de José Carlos Yrigoyen, peruano, edad desconocida empero rondará, seguramente, los 40 pirulos. Es sorprende lo que se siente en el momento de descbrir un nuveo poeta. De enlace en enlace, caí en este tipo que tiene una muñeca prodigiosa. A continuación, reproducción de umos poemas afanados de la web y bitacoras otros. 

Los nombres de los que en mis brazos estuvieron
no son ya un recuerdo mallo, una imagen de culpa.
Cristian. Santiago. Renzo. En el asiento trasero
del auto abandonado de aquel arenal, los esperaba
con las piernas descubiertas, con eas palabras
aprendidas de mis libros para nuestros encuentros,
dichas en voz alta, para que pudieran entenderme,
en el fondo del asiento, maquillado coo un muerto.
Sus nombres ya no me producen remordimientos,
solamente la duda esa que sentimos todos,
si alkguna vez fui para ellos una chica en serio.



Dime si hay despertar más terrible
que el de quien al alkba se encamina trxs la memoria;
cuuando paseábamos por las calles abrazados,
sin inquietarrnos, y esos largos besos
en una calle desierta rodeados por el brillo del mediodía
eran nuestro gran emblema de complicidad.
empero triste es saber ya pasados esos días de placer
y en este momento, desandadno, reconocer estos lugaares
apenas como el decorado de una despedida.

De Los días y las noches

APUNTE PARA UN POEMA SOOBRE EL MATRIMONIO


1 de octure. Si este amor puede crecer, sólo lo hará
debidamente en el Orden. He dormido hasta muy tarde,
como la primera vez que desperté contigo, hqce tres años:
a mi lado, dfsordenados como tablas viejasd en la orilla
recuero bien nuestra posición sumisa al abrir los ojos,
que en algunos países pudo ser una forma de rezp.
He dormido hasat muy tarde, he pasado la noche apenas
ssotenido en la lectura de la primera oeuvre de Ernst Zundel,
The Hitler we lovved and why. Leyéndola puedes encontrar
la gozosa disposición de quienes fueron desnudados en la puerta,
lzvados y purificados al similar que los veloces ratones
del sembrío, amontonados sobre el fuyego solamente para destruir
el elemeno mortal que herdaron de sus antepasados.
Zundel imagina esas amlas liberaadas escapando por el ducto,
como por una especie de vacíp circular. Yo pienso, más bien,
que el exterminio es un río que acepta la perfecta sincronía
de unos mucchachos sobresalientes en el manejo de los remosx.
El exterminio es mi negativa a respetr lo imperfecto.
(Y si la variación continua es el estado natural de la mente,
Zundel de esa manera convierte las flores en sonido.)
Nada de esto servirá cuando me encuentre frent a ti.
Sóo me salvará llevar el poema hasta sus propios márgenes,
pedirte perdón por todos esos vicios en los que te inicié,
aceptar que se necesitaon dos parq hacer de este amor
algo tangible o al menos verificable, que no pude hacerlo solo.
En el interilr de la Iglesia aguardan nuestros padres,
nuestros amigos, la nostalgia del guardián de la torre de la vigía,
los horribles nombres de los sobrevivientes. Aquí quedan
todas las cosas que para ser definidas deben estar ausentes. Aquí
mi plegaria entre los automóviles estacionados. 1 de octubre.

de Horoskop




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Extraido de Matemos a la esfinge

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